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Imagen de la Cruz de Mayo en la Peña Flamenca |
La primera semana de mayo, en torno al
día 3, Andalucía adquiere un colorido especial
cuando, en plena primavera, florecen jardines y campos.
Es entonces cuando la Cruz, símbolo de los pueblos
cristianos, adquiere un relevante significado.
Las plazas y otros lugares destacados en muchas de sus
poblaciones, pueden verse adornados por artísticas
cruces engalanadas con flores, macetas, y macetones que,
instaladas por las peñas, cofradías, y grupos
de vecinos, son motivo de manifestación festiva.
Junto a las cruces, se organizan verbenas, con tapas,
buenos vinos, cante y baile.
La comunidad andaluza de la zona norte del Gran Buenos
Aires, geográficamente distante de su tierra de
origen, pero siempre cercana en el corazón, no
es ajena a esta manifestación del sentimiento y
arte popular.
Con tal motivo, el Centro Cultural Andalucía de
Buenos Aires realizó su fiesta de La Cruz de Mayo,
junto con una nueva edición de la Peña Flamenca
Blanca Paloma.
Las peñas flamencas fueron desde su aparición,
verdaderos lugares de culto al flamenco. Allí se
reúnen los intérpretes y los aficionados
para expresarse y disfrutar del flamenco.
Son las peñas el campo de ensayo del artista,
donde cantando, tocando y bailando ante un público
identificado con el arte flamenco, el interprete se siente
respaldado y comprendido, a la vez que sabe que es allí
donde se le exige más que en ningún otro
sitio, porque en ellas se loa al género, y es en
las peñas donde la herencia del pasado pervive
y cada día cobra más fuerza y vida.
Existen numerosas peñas en Andalucía, como
la de El Tato (El Parador, Roquetas de Mar, Almería),
la del Yunque (Pechina, Almería), Pedro el Morato
y El Taranto (Almería), Don Antonio Chacón
(Jeréz de la Frontera), Amigos del Cante Flamenco
(Chiclana de la Frontera, Cádiz); y aún
fuera de ella, como la Peña Flamenca de Cerdanyola,
en la provincia de Barcelona, y la de El Pele, en Glasgow
(Escocia)
Si bien en Buenos Aires se encuentran habitualmente tablaos
y espectáculos comerciales, poco tienen de flamenco
en verdad. En ellos, el objetivo es que el público
se divierta, más allá de lo tradicional
del espectáculo.
Pero el flamenco es, sobre todo, sentimiento, profundidad,
arte jondo.
En este marco, el Centro Cultural Andalucía de
Buenos Aires (CeCABA), abrió las puertas de su
sede, en la localidad bonaerense de Santos Lugares, el
sábado 29 de mayo, recibiendo a unas trescientas,
personas mayoritariamente de origen hispano y andaluz,
que colmaron el salón de actos. Entre los presentes,
estaban los representaciones de instituciones hermanas,
como la del Centro Andaluz Virgen del Rocío (de
Rosario, Santa Fé); integrantes del Gobierno municipal
(Ayuntamiento) del partido de Tres de Febrero, y representantes
de los medios de prensa integrados en la Asociación
de la Prensa Española en Argentina (APEA).
En el escenario, la Cruz de Mayo, engalanada con flores,
acompañaba al estandarte del CeCABA y, en el extremo
opuesto, las banderas de Argentina, España, Andalucía
y de la provincia de Buenos Aires destacaban el significado
de integración y confraternidad de todo lo que
hace a la comunidad andaluza en el noroeste del conurbano
bonaerense.
El artista y poeta hispano argentino Sergio Poves Campos,
estuvo a cargo de la presentación, abriendo el
acto con una introducción sobre el origen y significado
de la festividad de la Cruz de Mayo.
Poniendo la nota de gracia y simpatía, las niñas
del grupo inicial del Ballet Andalucía abrieron
el espectáculo.
Luego, llegaron al tablao las guitarras, traídas
por Sergio Enrique y Agustín Hellín, acompañando
al maestro Pepe Alonso, quien en el cante, ofreció
brillantes interpretaciones de diversos temas, que fueron
premiados con el aplauso del público, especialmente
en su realización de los Fandangos de Lucena y
Bulerías de Jeréz.
Las interpretaciones de Sergio Enrique y Agustín
Hellín, por bulerías, en solo de guitarras,
provocaron muestras de entusiasmo en el público
asistente.
Sergio Enrique, joven intérprete de la guitarra
andaluza, cuenta ya con el bien ganado reconocimiento
del ambiente flamenco en Buenos Aires.
Agustín Hellín, guitarrista de bandera,
con sobresaliente trayectoria, ha integrado un dúo
de guitarras con Pedro Chemes, formando parte de la compañía
de Carmen Flores, recorriendo con ella el territorio argentino,
durante su gira por este país.
Ester Mata y Pepe Alonso, madrina y padrino, respectivamente,
de la Peña Flamenca Blanca Paloma, brindaron un
tema aflamencado, en el que las castañuelas de
Ester Mata acompañaron con ritmo al toque del maestro
Pepe Alonso, histórica guitarra del flamenco en
Buenos Aires.
Los versos de poemas propios y también del poeta
granadino Manuel Benítez Carrasco, que pasara parte
de su vida en Buenos Aires, fueron ofrecidos en la interpretación
del brillante poeta José Antonio, con fondo de
guitarras de Agustín Hellín y Sergio Enrique.
El baile se hizo presente con Ballet Andalucía,
que llegó con toda la fuerza, gracia y simpatía
que caracteriza a sus integrantes, quienes brindaron diversas
interpretaciones, para cerrar con unas sevillanas llenas
de alegría y salero.
También se realizó un sorteo de diversos
premios entre el público asistente, siguiendo la
juerga hasta la madrugada, con sevillanas, baile y la
participación de un público entusiasta.
Los artistas, sobresalientes en sus interpretaciones,
se brindaron con intensidad a un público integrado
mayoritariamente por personas de origen o ascendencia
andaluza, con profundo respeto por la tradición
y sus raíces.
La oferta gastronómica fue también excelente
y abundante: además de los habituales bocados,
tapas y tortillas, fueron ofrecidos también unas
deliciosas porciones de cerdo al jerez y las tradicionales
migas, preparadas en esta oportunidad por D. Miguel Granero.
Fue una noche magnífica, una reunión
de amigos, con el marco de la Cruz de Mayo y el entorno
de una peña flamenca que a todos nos trasladara,
aunque solo fuera por unas horas, a la Andalucía
tradicional que, lejana en la distancia real, siempre
está presente en los sentimientos.